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jueves, 9 de junio de 2016

Generación de la Ley del Mínimo Esfuerzo.

Comienzo la introducción notificando mis disculpas por el excesivo margen de tiempo que dejé entre la anterior publicación y esta. Los motivos por los que no he actualizado el blog se deben, no a la dejadez, sino a la firmeza consciente de no saber qué escribir de forma concreta, a pesar de tener un montón de ideas para ello. Aún así, vuelvo para tratar la gravedad de unos fenómenos bastante preocupantes que, en mayor y menor medida, sabemos todos los que formamos parte de una organización desde hace mucho tiempo.

''Bienvenidos sean los tiempos difíciles, pues ellos harán la depuración de los cobardes.''

Antes de empezar a leer quiero avisar que mi intención es netamente constructiva para que, por lo menos, aminoren este tipo de casos y se tome conciencia de que quien está convencido de sus ideas haga todo lo posible por ponerlas en práctica, dejando de lado la vida fácil, cómoda y sumisa para pasarse a las líneas de la acción que traen acumuladas miles de dificultades en todos los aspectos.

Desde que, siendo prácticamente un niño, transformé mi vida en un continuo sacrificio por mis ideas (en todos los sentidos) he ido percibiendo poco a poco uno de los errores que más se cometen en esta lucha: el derrotismo.
Este factor es el que propicia la dejadez, y por consiguiente, el conformismo que desemboca en el abandono de una lucha que esta generación (la mía) no llega a comprender por haber sido forjada en la Ley del Mínimo Esfuerzo. Una actitud que ha ido alimentando el propio espíritu de 1978 para crear una generación juvenil dada totalmente al conformismo y acostumbrada a agachar la cabeza ante cualquier dificultad. Personalmente estoy bastante cansado de esos jóvenes que acuden llenos de alegría y ganas de trabajar en un proyecto político como el que aporta el Nacional-Sindicalismo, y a la mínima adversidad que aparece (ya sea obra de los ayuntamientos, Estado, o la propia LOREG orwelliana) tiran todo su espíritu a la primera papelera que ven, abren la puerta y sueltan un: ''es que esto es muy difícil. Es una batalla perdida.''




¿Y después qué hacen? Nada, lo que haría un borrego juvenil conformista; seguir su vida normal quejándose ante un televisor de las injusticias sociales, y hasta el próximo día.
Son incapaces de soportar nada. Os lo digo desde ya, el que entra en esta lucha sólo se va a llevar disgustos, porque no es una lucha fácil, sino el mayor símbolo de moral, ética y espiritualidad que puede mostrar un ser humano ante los atropellos continuos de un Estado que va a hacer todo lo que sea para mantener sus privilegios. Incluido el de perseguirnos y ser marcados de por vida (más de lo que estamos) para que seamos rechazados socialmente. El ejemplo que os puedo poner (y que vosotros ya conocéis) es el de Fernando García Molina, un camarada que lleva luchando por los derechos de los trabajadores desde que tenía 16 años. Y que por ello perdió su trabajo, pues no soportaba cómo el 'jefe' de empresa se lucraba a costa de la inhumanidad en la que vivía su 'mano de obra'.

¿Dónde está Fernando después de tanta persecución, disgustos, ataques y criminalizaciones? En el mismo sitio desde su juventud, en FE-JONS. Al igual que todos los que no nos rendimos ante la injusticia que impera en España. No nos escondemos ante nada ni nadie y no ocultamos jamás nuestra identidad política e intentamos siempre destruir toda clase de erróneas visiones a cerca de nosotros y nuestro pensamiento en cualquier momento que se nos presente oportuno. Cualquier medio de propaganda para hacer ver lo que SÍ somos es bueno y conviene utilizarlo. Siempre y cuando se haga con responsabilidad, corrección y conocimiento de causa.

Más de un chaval se ha escudado con excusas hechas a medida para una caja de juegos infantiles. Sus obstáculos no han sido otros (según me expusieron todos ellos) que las ''prohibiciones'' de su familia/novia para no formar parte de nuestras filas; las obligaciones académicas o la falta de tiempo. Excusas que me han lanzado personalmente. ¿Me valen a mí esas excusas?, evidentemente no. He estado fastidiado una buena parte de mi vida (desde los 8 años) por el entorno que me rodeaba, precisamente por defender y portar mis ideas. Jamás he renunciado a ellas ni a mi causa por unas prohibiciones o chantajes de unas personas cercanas. Ya sean mis familiares o pareja los que me lo pidan (hace años ya lo hicieron), mis ideas están por encima de toda conciencia burguesa y conformista, hasta de mi propia libertad. Porque de estas ideas depende la libertad del pueblo español.

He sido repudiado por gran parte de mi familia; he sido señalado por un montón de personas a las que consideraba cercanas; he sido discriminado en bastantes lugares (colegios, institutos..); he recibido golpes físicos e insultos de contrarios; han manipulado sobre mí y mi familia; he recorrido miles de kilómetros por mi organización; he hecho acciones que pocos se atreverían a hacer; he dedicado casi todo el dinero del que disponía (que era muy escaso); he estado noches enteras pegando carteles y pegatinas; me he jugado mi libertad un día sí y otro también; y actualmente la Ley me persigue..¿Todo por qué? por razones ideológicas. No me he quejado y nunca lo voy a hacer porque es la vida que he elegido. Por ese motivo me hierve la sangre cada vez que un muchacho joven me dice a la cara o mediante teléfono móvil alguna de esas excusas para salirse de una causa que no es ningún juego.



En cambio, a otro lado de este mundo terrenal o real (llamadle como queráis) están los ''patriotrolls'' que se limitan a dar lecciones de moral, militancia, política, ideas, etc. Todo mediante redes sociales y, claramente, sin tan siquiera dar a conocer su rostro, escondidos con un seudónimo, una foto cogida de internet o una editada tapándose la cara. Todo un ejemplo de valentía y coraje.

Critican absolutamente todo lo que hacen los demás que sí muestran un interés por materializar sus ideas viviendo en el mundo real. Son seres que, lejos de  la realidad, construyen su mundo a su gusto alrededor de un teclado, ratón, monitor y ordenador (o un teléfono móvil) donde todo es ''perfecto'', basándose en su nulo criterio para ver la realidad y creyendo que el mundo ha sido creado por él. Todo lo que hagas pasará por su criterio lúgubre, negativo e infantil y expulsará su opinión derrotista mezclada con intentos de humillación, añadiendo los tres ingredientes antes citados. Y como es de lógica, no faltarán sus opiniones desde una cueva donde te indica paso a paso cómo mejorar en política, ya sean en el campo de la estrategia o a nivel organizativo. Lo que más me produce carcajadas son sus ''hay que'' (hay que actualizar el programa; hay que mejorar los carteles; hay que pensar como yo; hay que llegar de otra forma a la gente) ¡desde la comodidad, sin levantar el culo de la silla y sin aportar su grano de arena militando para mejorar esos ''errores'' que ellos comentan!

Cuando estos trolls se conocen mediante redes sociales, crean grupos de WhatsApp para interactuar de una forma más directa y continua donde el frikismo se convierte en el factor predominante. ¿Para qué?, para criticar a otros usuarios de las redes (a sus espaldas) por una publicación, foto o tweet que ha plasmado en su cuenta personal, por el mero hecho de no estar de acuerdo. Acto seguido cabe la posibilidad de que esos sujetos interactúen con un comentario o tweet con el usuario que ha hecho la publicación en la que el troll difiere e intenta humillarlo de una forma patética y con el mismo argumento de siempre. Consigue ejercer cierto agobio sobre ese usuario y al final éste acaba por bloquearlo debido a la inutilidad del ''debate''. Más tarde el troll hace un pantallazo de los dos últimos comentarios y añade alguna otra foto en la que se autoconcede una medalla por haber ''ganado'' la conversación (que difunde por las mismas redes y su grupo de WhatsApp de frikis) sacando de contexto todo lo que la otra persona ha escrito, sin tan siquiera pararse a analizar palabra a palabra o a preguntarse por qué ha puesto dicho comentario. Y no es más que una forma de manipular la realidad para su beneficio.

''Pues esos parados y esas juventudes de porvenir incierto no lo están en virtud de una crisis transitoria y concreta, sino que son víctimas de todo un sistema de desorganización y de insolidaridad. La transformación social que propugnamos busca precisamente la organización y la solidaridad de los españoles.'' (''Nuestra Revolución, la última iniciativa de Ramiro Ledesma Ramos'', p. 32, Ed. Vértice, 2015)

Hasta llegan a crear rumores falsos de personas para que se difundan por las redes donde ellos habitan. Unos auténticos enfermos mentales que se llenan la boca con ser ''disidencia política'' y no son más que frikis con un ordenador o móvil y mucho tiempo libre. Mientras en la calle se atenta contra la Dignidad Humana, la familia y los derechos humanos. En resumen, seres anómalos e inútiles que se nutren de la vida de los demás al ser la suya un cubo vacío lleno de grietas que sólo aspira a acabar en el basurero más desértico de su barrio.




¿Esta es la generación que va a recuperar los derechos por los que lucharon nuestros abuelos y a conquistar aún más? Lo siento, pero a mi lado sólo quiero, y necesito, luchadores de verdad que aviven en sus corazones el espíritu hispánico combatiendo al actual Estado que reprime a la población, sin importar las consecuencias que pueda acarrear para su libertad. Los cobardes, hipócritas y traidores que se escondan en partidos mayoritarios o en cuentas de redes sociales, nos lo ponen muy fácil, porque se posicionan directamente en las filas enemigas. Aquí sólo queremos verdadero compromiso que provenga de personas ansiosas por materializar teorías, valores y pensamientos. Todo lo demás es mero conformismo derrotista germinado por el capitalismo para frenar a las juventudes de España.

''No debe asustarnos lo que hay que hacer, y la escasa cuantía de nuestras fuerzas para hacerlo. Para empezar nunca es tarde. Ni impaciencia excesiva, ni optimismo exagerado Pero tampoco pesimismo e indolencia.'' (''Nuestra Revolución, la última iniciativa de Ramiro Ledesma Ramos'', p. 46, Ed. Vértice, 2015)

Después de leer esto muchos os preguntaréis: ¿Por qué tienes una cuenta en una red social como Twitter?
Pues tan fácil como que mi intención con dicha cuenta es propagar cualquier información a cerca del Nacional-Sindicalismo (periódicos, libros -y fragmentos de éstos-, escritores..) y la destrucción de todos sus mitos, añadiendo mi opinión personal en cada aspecto que yo crea necesario. Me di cuenta que los jóvenes (ya sean de filas contrarias, nuestras o de ninguna) mostraban interés por saber todo lo posible a cerca de la ideología de FE-JONS, admitiendo que hasta sentían simpatía por las ideas a pesar de haber tenido previamente una imagen bastante negativa de la misma (en el caso de los rivales políticos). Es una labor ardua aunque no lo parezca, satura bastante tener que tratar con moscas cojoneras que no hacen por comprender nada al ser unos cerrados que no aceptan una verdad que no sea suya. Gracias a esto, contactaron conmigo chavales (de diferentes puntos de España, no sólo de Granada) con ganas de participar en mi organización al ver las proposiciones de nuestro anti-partido y su historia. Y ahí están, trabajando proyectos renovadores mientras otros se quejan desde casa.

Mi función en esta red social la combino con la militancia en la organización y en la calle, a diferencia de otros. Os puedo asegurar que dicha combinación resulta efectiva siempre que se haga correctamente. Tampoco negaré que gracias a esa red conocí a grandes personas (de todo tipo de ideologías) que me hicieron pensar apartando las rivalidades y poniendo sobre la mesa el respeto y la humanidad. Algo ya de por sí difícil, porque hacer pensar con esos medios es complicado en estos tiempos de prepotencia y egoísmo donde reina el sectarismo. A ellos desde aquí les brindo mi más sinceros respetos por pulir ciertos errores de los que no era consciente.