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jueves, 24 de diciembre de 2015

España, una triste realidad.

Granada, un fin de semana como cualquier otro, nos encontramos ante el fin de semana de fútbol, todo granadino que se precie va a Los Cármenes a gastarse su abono en ver al Granada, es lo que realmente importa, una semana peleando por llenar la olla se compensa en el equipo, una pasión como un sentimiento, ¿crees que realmente merece la pena?

Peleas familiares, desahucios, a los periódicos no parece que les importe, sólo importa reproches acerca de los grandes partidos para ver quién ha robado más a los españoles, la corona a la cabeza se disputa grandes sumas en entrevistas negando la misma princesa saber nada con los desfalcos y timos de su querido marido el Sr.Urdangarín. Rajoy con su fin de la cita mientras Griñán esconde los ‘’ERES’’ que tanto daño hacen al contribuyente andalúz mientras ellos miran atónitos las noticias de que su equipo ha ganado la copa, ¿cuál es el sentimiento español del S.XXI? ¿El imperio donde nunca se ponía el sol o la gran Cuba perdida?. El verdadero sentimiento español, ese que les hace sacar las banderas a la calle no es una victoria política o un sentimiento nacional sino ver a un grupo de personas levantando una copa que nosotros mismos hemos pagado, unos grandes estadios que recuerdan a la antigua Roma en la cual se evitaban revueltas a base de pan y circo. Nada ha cambiado, ni las revoluciones sociopolíticas ni la lucha de nuestros antepasados por evitar la pérdida de identidad y territorios considerada indispensable siglos atrás, no evoco a la nostalgia ni al sentimiento de un imperio perdido sino a una unión de personas con sentimientos similares por no decir idénticos que se fijan más en lo que nos separa que en lo que nos une.

Paseando por ciertos pueblos de mi tierra me dedicaba a preguntarle a gente qué es ser español, ellos ponían el grito en el cielo y comparaban la identidad nacional con una dictadura o con el propio fascismo, comentaban símiles acerca del amor a la Patria con una lucha fraternal entre vecinos incluso entre propios hermanos llegando a la manera más sencilla según ellos de cortar esta conversación en vez de crear una crítica constructiva defendiendo su forma de pensar.
La ignorancia a lo largo de los siglos ha sido uno de los peores caracteres de la sociedad, es más fácil criticar sin sentido y argumentar cosas imposibles que dar un punto de vista parecido a la concepción política nacional.



En el extranjero, durante mis viajes he comprobado con resignación cómo se comparaba a España a una anarquía política, la desconfianza en el gobernante y el azar en el voto a favor de los grandes partidos sin apenas bases políticas en contraposición a los partidos minoritarios tachándolos de extremistas sin concepción de su política e ideología hacer replantearnos una disolución de la identidad patriótica de cualquier español de a pie, el cual teme ser expulsado de esa sociedad por no ser homogénea a la misma.

En los colegios o institutos los escolares lo tienen todo hecho, debes ceñirte al programa planteado por el consejo escolar o atenerse a la sanción impuesta por el mismo. En la sanidad importa más la salud del monarca que el ciudadano difunto por negligencia médica. Esa gente no importa porque terminaron su cotización y son un estorbo para el Estado, son míseros parásitos para sus ojos, aunque hayan defendido esta tierra con uñas y dientes.

A los bancos sólo les importa que pagues las desmesuradas cantidades a cambio de una vivienda digna y una vida, aparentemente, feliz junto a tu familia. Los desahucios están a la orden del día, no les importa el suicidio como los casos ocurridos en Granada, la vida es efímera, el dinero es importante.



En cuanto a la actividad sindical está a la orden del día que los sindicatos más importantes que Uds perfectamente conocerán, reciben subvenciones a costa del contribuyente por obra de la Junta de Andalucía. Agachan la cabeza cuando el trabajador se le recorta medio sueldo indispensable para vivir y se critique a las pequeñas empresas que a duras penas llegan a fin de mes. Criticándolos de capitalistas y fachas cuando a veces requieren de sus propios hijos por no tener dinero para contratar a trabajadores. Esos mismos hijos deben renunciar la mayoría de las veces a sus estudios por evitar la quiebra de las empresas de sus progenitores causando disputas domésticas por la falta de especialización, o dicho de otra manera, perder los estudios y por consiguiente el futuro por los costos educativos imposibles de pagar por el ciudadano de a pie.

Las diferencias entre clases sociales a lo largo del S.XXI se han pronunciado asemejándose a una sociedad medieval de estamentos, pocas personas, rondando el 2% acaudalan la riqueza de nuestro país aprovechándose de una sociedad maleducada y con principios morales tales como el alcohol y las drogas. Nunca le quites al adolescente el botellón del fin de semana a costa de malvivir el resto de la misma. Niños caprichosos a los cuales dan más importancia a dar vueltas con la moto que respetar a su propia familia.

Vuelvo a hacer hincapié en la concepción política nula en la mayoría de los casos contraponiendo a los programas de prensa rosa en los cuales el tinte o el tatuaje del protagonista prima sobre la crisis o la incultura de esta sociedad.

En esta crítica constructiva pretendo poner a pensar a la persona que me lea cuáles son sus verdaderos principios, donde empieza y acaba la moralidad, la identidad nacional, el amor a la patria y al prójimo, porque al fin y al cabo todos somos portadores de valores eternos.

(Redactado y creado por Jose Garra Hispánica y Víctor el 28 de agosto de 2013)